UDAIPUR Y VARANASI
Deje la ciudad dorada y aterrice en la ciudad blanca, Udaipur, despues de una noche en autobus en la que no logre pegar ojo debido a los socavones en la carretera y el claxon de los vehiculos sonando estridente a todas horas. Al llegar al hotel tuve que hacer cura de sueno durante la primera manana para empezar a ser persona, y a partir de que mis ciclos de sueno estuvieron regulados pude apreciar donde me encontraba. Udaipur es diferente del resto del Rajastan. Hay un lago y montanas, y solo el hecho de ver esto desde la azotea de mi hotel, despues de dos semanas de ver nada mas que desierto, me hizo sentir un poco como en casa. Tambien por las casas blancas, que le dan al lugar un aire mediterraneo. Pero no logre disfrutar mucho de Udaipur, porque tenia la mente puesta en lo que seria el proximo destino: Varanasi. Y estaba cansada del Rajastan, y todo me parecia un poco mas de lo mismo. Aproveche los dias alli para descansar y pasear, es decir, lo que llevaba haciendo desde que puse el pie en esta region, y al cabo de dos dias por fin tome un tren que me llevaria a la ciudad sagrada de los hindus.
Pero no fue tan sencillo. No hay trenes directos de Udaipur a Varanasi, y era obligatorio parar en Jaipur. Otra vez Jaipur. Le voy a acabar cogiendo mania a ese lugar solo por el hecho de haberme visto obligada a estar alli dos veces en medio mes, sin tener intenciones reales de ir. Solo por las malas comunicaciones ferroviarias. No habia mas remedio, de manera que de vuelta a Jaipur, donde pase una noche. Al dia siguiente, a mediodia, me dirigi a la estacion de trenes de la ciudad, que me parecio mas fea, sucia y maloliente que la otra vez. El hedor era tan intenso que a penas podia soportarlo, y habia montanas de basura y de animales muertos por todas partes. Una nina de unos diez anos se arrastraba a tres metros de mi, con la piel cubierta de heridas de sarna y las heridas plagadas de moscas. La gente le tiraba algunas monedas, que ella ni siquiera veia porque tenia los ojos nublados por la enfermedad y una expresion de estar en otro mundo. Hasta que vino el tren, no pude dejar de mirarla. Como una terapia de choque, como si a base de mirarla se me fuera a pasar la sensacion de asco, de miedo y de impotencia, pero no fue asi, y para cuando llego el tren yo seguia alli, paralizada y horrorizada ante aquello. Finalmente, me mezcle con la gente que entraba y salia de los vagones, encontre mi asiento y me instale con mi mochila entre los demas.
Destino: Varanasi. Un tren me llevo durante 22 horas a paso de tortuga a traves del fertil valle del Ganges hacia una de las siete ciudades sagradas del hinduismo. Varanasi habia sido desde que puse los pies en ella una especie de obsesion para mi. Un lugar absolutamente diferente del resto de las ciudades que yo he visto en India, que habia sacralizado en cierta manera como uno de los puntos clave del viaje. Estaba nerviosa, tenia prisa por llegar, una prisa que llevaba arrastrando desde hacia meses y que ahora se intensificaba por momentos. El tren llego a la ciudad dos horas mas tarde de lo previsto, y nada mas salir me asaltaron los conductores de rickshaw. Tenia muy claro a que hotel queria ir, y asi se lo hice saber al conductor que se ofrecio a llevarme. Me pregunto, para tantear, si era la primera vez que venia a Varanasi, y le dije que no, que conocia perfectamente la ciudad y que mi hotel se encontraba cerca del Main Ghat. Ese hotel no existe, me dijo. Espera un momento, que voy a llamar por telefono, y tu misma podras comprobar que el nombre es otro. Vale, pense. Estoy en Varanasi. Casi habia olvidado a los comisionistas. El hotel al que yo queria ir no daba comisiones a los conductores de rickshaw por llevarles turistas, y este intentaba a toda costa que me hospedara en el hotel que el queria, pero me mantuve firme y le pedi que me llevara al Main Ghat. Si no quieres llevarme, no hay problema, tomare otro rickshaw, amenace. Al final cedio a reganadientes y me llevo al Main Ghat, desde el que facilmente pude encontrar el hotel al que queria ir.
El dueno de mi hotel, un senor apacible y bastante mayor, me dio un precio razonable por cuatro noches en una habitacion con bano privado y vistas al Ganges. Yo a penas alcanzaba a oirle, porque estaba deseando salir a comprobar que el nivel del rio permitia pasar de un ghat al otro, que las tiendas seguian en el lugar donde las deje el ano pasado, que los bares que frecuentabamos la ultima vez empleaban a los mismos camareros, en definitiva, que todo estaba tal y como lo deje. Las personas necesitamos saber que todo continua igual mientras no estamos para sentirnos seguras, y Varanasi estaba tal cual yo la recordaba, con sus callejones sucios, sus perros, sus sadhus, su actividad constante y su bullicio a todas horas. Me senti absolutamente feliz cuando corri a los ghats, a los callejones aledanos que serpenteaban en el casco antiguo, y comprobe que todo parecia detenido en el tiempo, que todo me resultaba conocido y familiar.
Al volver a mi hotel me paso algo curioso. Una arana del tamano de mi mano habia decidido usar mi cuarto de bano. Espere a que se fuera, pero tres horas mas tarde continuaba alli. Normalmente no me dan miedo las aranas y ultimamente se me esta pasando la aprension hacia todo bicho que tenga mas patas que yo, pero es que aquella arana era de las que fuman despues de cada comida. Gigante. Avise al dueno del hotel, pero el buen hombre se lavo las manos y se sacudio de encima el marron alegando que el, como hindu puro vegetariano, practicaba la ley de la ahimsa, la no violencia, segun la cual le estaba prohibido matar a ningun ser vivo. Y que de todas formas las aranas son inofensivas, son buenas y se comen a los mosquitos. Me parece muy bien, pero si ese bicho me pica puede convertirme en Spiderman. Asi que alla me fui, a proceder yo misma a la desinsectacion zapatilla en mano, y en menos de dos minutos la arana habia pasado a mejor vida. Tambien elimine las cucarachas que me salieron al paso, en total tantas como para montar mi propio zoologico. Ya digo que se me esta pasando la aprension. Hace tres meses solo uno de estos bichos hubiera bastado para provocarme una crisis de ansiedad. O lo mismo es que todo me daba un poco igual estando en Varanasi.
En esta ciudad hay como una pequena comunidad de espanoles que se reunen en el mismo hotel, y es facil encontrarlos cuando cae la tarde en el Main Ghat. Por curiosidad, alli me dirigi una tarde, y me encontre con cinco o seis tomando chai y observando la ofrenda nocturna al rio. Eran simpaticos y me acogieron enseguida, pero al dia siguiente no volvi. No quiero sonar intolerante, pero eran demasiado jipis trasnochaos para mi gusto, la verdad. Creo que lo que me molesto fue que se comportaban como si hubieran nacido en Varanasi, como si el pais entero no tuviera secretos para ellos. La primera vez que estuve en Varanasi me tope con un perro que roia un bebe muerto y a su alrededor un grupo de gente que no daba importancia alguna al asunto, y aquello me trastorno de tal manera que un ano despues todavia tengo escalofrios y me muero de miedo ante la eventualidad de poderme encontrar algo similar esta vez. Hace un ano tuve que sentarme a llorar porque me derrumbe despues de ver lo que vi, me senti sola y perdida, y este lugar me parecio depravado e inhumano. Llegue a pensar que jamas volveria, y aqui estoy, pero todavia no he asimilado aquello. En ese momento fui totalmente consciente de que 24 anos de educacion occidental son muchos anos, y que uno no puede desprenderse de ellos como quien se quita una camisa. Esta gente pasa meses aqui, fumando porros tirados a orillas del Ganges, creyendo a pies juntillas a los gurus que les venden buen karma a veinte rupias el kilo, creyendo haber encontrado una espiritualidad que para mi es mas mito que realidad. Solo llevo un mes aqui, pero es suficiente para darme cuenta de hasta que punto Varanasi es una isla en medio del oceano, que nada tiene que ver con el resto de lugares que yo he visto, y que creer que esta ciudad es igual a India es como pensar que Barcelona es igual a Espana. Y no tiene nada que ver. Me he encontrado con mucha gente incoherente desde que llegue a este pais, y todos sin excepcion han sido occidentales empenados en ver solo el lado que les convenia de las cosas. Querer ver solo misticismo en India es como querer ver solo palacios de principes: absurdo y parcial. Evidentemente cada cual puede hacer lo que quiera, pero no puedo evitar pensar que se equivocan y que se pierden una parte importantisima del pais, que es el propio pais hoy en dia, India como primera potencia informatica mundial, las salas de cine atestadas de gente deseando ver el ultimo bodrio Bollywood, las ninas de clase media aspirando a casarse con un millonario. No veo espiritualidad ni misticismo en la agresividad de los comerciantes de Jaipur, ni en la competencia feroz entre los conductores de rickshaw, ni en la clase media de Bombay vistiendo ropa de marca y fardando de su nuevo telefono movil. No la veo en la obsesion que tiene toda esta gente por el dinero y por el estatus social, ni la vi en la nina sarnosa de la estacion. Igual es que me falta romanticismo, pero me sobra objetividad para ver que India es mucho mas que Varanasi, mucho mas que una espiritualidad de quita y pon que uno puede adoptar en unas horas.
No se lo que he venido a buscar a India, pero desde luego no espero encontrarlo fumando porros en los ghats de Varanasi. Hasta ahora no he encontrado respuestas: solo tengo mas preguntas que antes de llegar. Y no espero encontrar nada en concreto. Solo soy una extranjera que camina con los ojos bien abiertos para no perderse detalle.
Espero no haber sonado desagradable, intolerante o brusca con lo de hoy, pero tenia que contarlo. Aqui la inadaptada os da las gracias por los mails y os anima a continuar escribiendo.
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Pero no fue tan sencillo. No hay trenes directos de Udaipur a Varanasi, y era obligatorio parar en Jaipur. Otra vez Jaipur. Le voy a acabar cogiendo mania a ese lugar solo por el hecho de haberme visto obligada a estar alli dos veces en medio mes, sin tener intenciones reales de ir. Solo por las malas comunicaciones ferroviarias. No habia mas remedio, de manera que de vuelta a Jaipur, donde pase una noche. Al dia siguiente, a mediodia, me dirigi a la estacion de trenes de la ciudad, que me parecio mas fea, sucia y maloliente que la otra vez. El hedor era tan intenso que a penas podia soportarlo, y habia montanas de basura y de animales muertos por todas partes. Una nina de unos diez anos se arrastraba a tres metros de mi, con la piel cubierta de heridas de sarna y las heridas plagadas de moscas. La gente le tiraba algunas monedas, que ella ni siquiera veia porque tenia los ojos nublados por la enfermedad y una expresion de estar en otro mundo. Hasta que vino el tren, no pude dejar de mirarla. Como una terapia de choque, como si a base de mirarla se me fuera a pasar la sensacion de asco, de miedo y de impotencia, pero no fue asi, y para cuando llego el tren yo seguia alli, paralizada y horrorizada ante aquello. Finalmente, me mezcle con la gente que entraba y salia de los vagones, encontre mi asiento y me instale con mi mochila entre los demas.
Destino: Varanasi. Un tren me llevo durante 22 horas a paso de tortuga a traves del fertil valle del Ganges hacia una de las siete ciudades sagradas del hinduismo. Varanasi habia sido desde que puse los pies en ella una especie de obsesion para mi. Un lugar absolutamente diferente del resto de las ciudades que yo he visto en India, que habia sacralizado en cierta manera como uno de los puntos clave del viaje. Estaba nerviosa, tenia prisa por llegar, una prisa que llevaba arrastrando desde hacia meses y que ahora se intensificaba por momentos. El tren llego a la ciudad dos horas mas tarde de lo previsto, y nada mas salir me asaltaron los conductores de rickshaw. Tenia muy claro a que hotel queria ir, y asi se lo hice saber al conductor que se ofrecio a llevarme. Me pregunto, para tantear, si era la primera vez que venia a Varanasi, y le dije que no, que conocia perfectamente la ciudad y que mi hotel se encontraba cerca del Main Ghat. Ese hotel no existe, me dijo. Espera un momento, que voy a llamar por telefono, y tu misma podras comprobar que el nombre es otro. Vale, pense. Estoy en Varanasi. Casi habia olvidado a los comisionistas. El hotel al que yo queria ir no daba comisiones a los conductores de rickshaw por llevarles turistas, y este intentaba a toda costa que me hospedara en el hotel que el queria, pero me mantuve firme y le pedi que me llevara al Main Ghat. Si no quieres llevarme, no hay problema, tomare otro rickshaw, amenace. Al final cedio a reganadientes y me llevo al Main Ghat, desde el que facilmente pude encontrar el hotel al que queria ir.
El dueno de mi hotel, un senor apacible y bastante mayor, me dio un precio razonable por cuatro noches en una habitacion con bano privado y vistas al Ganges. Yo a penas alcanzaba a oirle, porque estaba deseando salir a comprobar que el nivel del rio permitia pasar de un ghat al otro, que las tiendas seguian en el lugar donde las deje el ano pasado, que los bares que frecuentabamos la ultima vez empleaban a los mismos camareros, en definitiva, que todo estaba tal y como lo deje. Las personas necesitamos saber que todo continua igual mientras no estamos para sentirnos seguras, y Varanasi estaba tal cual yo la recordaba, con sus callejones sucios, sus perros, sus sadhus, su actividad constante y su bullicio a todas horas. Me senti absolutamente feliz cuando corri a los ghats, a los callejones aledanos que serpenteaban en el casco antiguo, y comprobe que todo parecia detenido en el tiempo, que todo me resultaba conocido y familiar.
Al volver a mi hotel me paso algo curioso. Una arana del tamano de mi mano habia decidido usar mi cuarto de bano. Espere a que se fuera, pero tres horas mas tarde continuaba alli. Normalmente no me dan miedo las aranas y ultimamente se me esta pasando la aprension hacia todo bicho que tenga mas patas que yo, pero es que aquella arana era de las que fuman despues de cada comida. Gigante. Avise al dueno del hotel, pero el buen hombre se lavo las manos y se sacudio de encima el marron alegando que el, como hindu puro vegetariano, practicaba la ley de la ahimsa, la no violencia, segun la cual le estaba prohibido matar a ningun ser vivo. Y que de todas formas las aranas son inofensivas, son buenas y se comen a los mosquitos. Me parece muy bien, pero si ese bicho me pica puede convertirme en Spiderman. Asi que alla me fui, a proceder yo misma a la desinsectacion zapatilla en mano, y en menos de dos minutos la arana habia pasado a mejor vida. Tambien elimine las cucarachas que me salieron al paso, en total tantas como para montar mi propio zoologico. Ya digo que se me esta pasando la aprension. Hace tres meses solo uno de estos bichos hubiera bastado para provocarme una crisis de ansiedad. O lo mismo es que todo me daba un poco igual estando en Varanasi.
En esta ciudad hay como una pequena comunidad de espanoles que se reunen en el mismo hotel, y es facil encontrarlos cuando cae la tarde en el Main Ghat. Por curiosidad, alli me dirigi una tarde, y me encontre con cinco o seis tomando chai y observando la ofrenda nocturna al rio. Eran simpaticos y me acogieron enseguida, pero al dia siguiente no volvi. No quiero sonar intolerante, pero eran demasiado jipis trasnochaos para mi gusto, la verdad. Creo que lo que me molesto fue que se comportaban como si hubieran nacido en Varanasi, como si el pais entero no tuviera secretos para ellos. La primera vez que estuve en Varanasi me tope con un perro que roia un bebe muerto y a su alrededor un grupo de gente que no daba importancia alguna al asunto, y aquello me trastorno de tal manera que un ano despues todavia tengo escalofrios y me muero de miedo ante la eventualidad de poderme encontrar algo similar esta vez. Hace un ano tuve que sentarme a llorar porque me derrumbe despues de ver lo que vi, me senti sola y perdida, y este lugar me parecio depravado e inhumano. Llegue a pensar que jamas volveria, y aqui estoy, pero todavia no he asimilado aquello. En ese momento fui totalmente consciente de que 24 anos de educacion occidental son muchos anos, y que uno no puede desprenderse de ellos como quien se quita una camisa. Esta gente pasa meses aqui, fumando porros tirados a orillas del Ganges, creyendo a pies juntillas a los gurus que les venden buen karma a veinte rupias el kilo, creyendo haber encontrado una espiritualidad que para mi es mas mito que realidad. Solo llevo un mes aqui, pero es suficiente para darme cuenta de hasta que punto Varanasi es una isla en medio del oceano, que nada tiene que ver con el resto de lugares que yo he visto, y que creer que esta ciudad es igual a India es como pensar que Barcelona es igual a Espana. Y no tiene nada que ver. Me he encontrado con mucha gente incoherente desde que llegue a este pais, y todos sin excepcion han sido occidentales empenados en ver solo el lado que les convenia de las cosas. Querer ver solo misticismo en India es como querer ver solo palacios de principes: absurdo y parcial. Evidentemente cada cual puede hacer lo que quiera, pero no puedo evitar pensar que se equivocan y que se pierden una parte importantisima del pais, que es el propio pais hoy en dia, India como primera potencia informatica mundial, las salas de cine atestadas de gente deseando ver el ultimo bodrio Bollywood, las ninas de clase media aspirando a casarse con un millonario. No veo espiritualidad ni misticismo en la agresividad de los comerciantes de Jaipur, ni en la competencia feroz entre los conductores de rickshaw, ni en la clase media de Bombay vistiendo ropa de marca y fardando de su nuevo telefono movil. No la veo en la obsesion que tiene toda esta gente por el dinero y por el estatus social, ni la vi en la nina sarnosa de la estacion. Igual es que me falta romanticismo, pero me sobra objetividad para ver que India es mucho mas que Varanasi, mucho mas que una espiritualidad de quita y pon que uno puede adoptar en unas horas.
No se lo que he venido a buscar a India, pero desde luego no espero encontrarlo fumando porros en los ghats de Varanasi. Hasta ahora no he encontrado respuestas: solo tengo mas preguntas que antes de llegar. Y no espero encontrar nada en concreto. Solo soy una extranjera que camina con los ojos bien abiertos para no perderse detalle.
Espero no haber sonado desagradable, intolerante o brusca con lo de hoy, pero tenia que contarlo. Aqui la inadaptada os da las gracias por los mails y os anima a continuar escribiendo.
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1 comentario
fetide -
Intolerante? Brusca? No. Esos seudojipis se merecen esa caña y bastante más, esa espiritualidad de postal yo tampoco lo soporto... La vida es mucho más que soñar otras dimensiones gracias a las sustancias psicotrópicas.
Creo que hacerse preguntas es el camino, aunque a veces te vuelves un poco demasiado loco/a, pero güeno. Se supone que las respuestas irán llegando.
Muy divertido lo de la araña. Para ti, dirás, bueno, era lógica la violencia si no atendía a tus indicaciones para abandonar el baño... aunque lo que si pparace peligroso es que apareciera alguna serpiente cobresca, no? será un mito, supongo...
Terrible lo de la niña sarnosa. Impactante. Qué se piensa en esos momentos? o sólo se sienten martillazos en el pecho?
bueno no me enrollo más. te he dicho que me gusta este cuaderno? porque es de colores.
:)